miércoles, 19 de diciembre de 2007

"Si me tomas una foto te saco la mierda aquí mismo"


Eran las 11: 30 de la mañana, cuando en una calle de Magdalena pudimos observar cómo el mayor EP (r ) Ricardo Anderson Kohatsu, acusado por la ex agente del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) Leonor La Rosa de ser uno de sus más crueles torturadores, ingresaba a una tienda de la zona a comprar cigarrillos. Miraba a todos lados, parecía nervioso y luego caminó lentamente por la avenida del Ejército, cerca de la avenida Brasil. Anderson tiene una orden de captura dictada por el juez Saúl Peña, que lo investiga por el caso del chuponeo telefónico. Él lo sabe y, por ello, se cubre parte de la cara con unos lentes ahumados y una gorra que logra esconder sus inconfundibles cabellos canos. LIBERACIÓN lo siguió hasta una de esas frías calles y, luego de una tensa presentación, logramos finalmente recoger su versión sobre las denuncias que pesan en su contra. Aquí, sus argumentos, o en todo caso, lo que dice son sus argumentos.


Por Roberto Ramírez

Fotos : Jair Ramírez

Vestía una casaca larga, azul, un jean, lentes ahumados, zapatillas y una gorra negra. Salió de la tienda y cruzó la pista. Ya el reportero gráfico le había hecho varias tomas en plena acera, pero igual lo seguimos hasta que, a pocos metros, se estacionó en una calle, frente al mar. En ese lugar decidimos de una vez abordarlo y preguntarle sobre su espinoso caso y, sobre todo, por la orden de captura dictada en su contra por el juez anticorrupción Saúl Peña Farfán.

-¿Podemos hablar un momento?

¿De qué? ¿Para qué? ¿Quiénes son ustedes?

-Somos periodistas...

¿Y qué quieren conmigo?

-Hablar solamente, cómo va su caso...

¿De dónde son?

-De LIBERACIÓN

- Yo los llamo después, cuál es tu nombre, a ver a qué teléfono. Mi cerebro es una grabadora.(En ese momento, Anderson cogió un lapicero que le proporcionó la persona que conducía el auto y apuntó en un sobre manila los números de este diario).

-No somos jueces ni policías, sólo somos periodistas y queremos saber su versión.

- A mí no me vengan con trampitas, ni con grabadoritas escondidas y tú (señalando al fotógrafo) si me tomas una foto te saco la mierda aquí mismo. No quiero fotos.

-A usted se le acusa de cosas muy graves...

¿De qué?
-De torturas a Leonor La Rosa, del chuponeo...
¿Tú has visto el expediente?, ¿tú te has preguntado por qué La Rosa cuando salió en Canal 2 se fue caminando y luego cuando la presentan a los medios sale temblando y esas cosas? Todo es una cuestión política. ¿Tú te has preguntado por qué la regresaron de México?, ¿por qué le quitan los hijos?, ¿ah?, tienes que averiguar bien...-

- ¿Intenta decir que ella se inventó los golpes y se autotorturó?

Yo te puedo decir que yo no he torturado a nadie, y para que tengas mayor información debes ir a los expedientes del hospital, allí te vas a enterar cómo son las cosas. Pero yo quiero olvidarme de eso, son todas mentiras, y ese es un caso cerrado ya. Estuve un año encerrado, ¿tú sabes lo que es eso?.

-La sentencia fue de ocho años, ¿por qué salió al año?
Porque apelé, sino apelaba hubiera seguido metido allí, fue terrible, siendo inocente tener que soportar todo esto y lo peor que tu familia sufre, pero eso ya es un caso cerrado.

-Ni tanto, porque está la Comisión de la Verdad...

- La Comisión de la Verdad también es una cuestión política. Yo estoy siendo utilizado nada más que por cuestiones políticas. Esto es como un tablero de ajedrez : la reina se come al alfil y el alfil se come al peón, así de simple.

-¿Qué hubiera pasado si su apelación era rechazada?

Me quejaba ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

-Pero, disculpe, hubiera resultado paradójico que alguien acusado de maltratos y torturas se queje ante un organismo de derechos humanos.

- Sí, pero yo soy inocente. Además cuando estuve encerrado, cagado psicológicamente, ¿acaso me fue a visitar el Defensor del Pueblo?, ¿ustedes vinieron acaso a ver cómo estaba uno? Allí encerrado estaba cagado, se caga uno, se caga la familia. A quien le importa eso.

- Y sobre el chuponeo, qué tiene que decir. ¿También son invenciones?

- Mira, a mí me acusa Zanatta. Ella viaja al extranjero sin permiso, ¿sabes?, y luego la hacen regresar, estaba embarazada. Viajar sin permiso es grave, y luego vuelve a viajar y para quedarse allá inventa todo esto. Ella habló que Mariella Barreto le dijo tal y tal cosa. Cualquiera puede hacer que un muerto diga cualquier cosa, total no iban a desmentirla.

-Y Mariella Barreto, ¿su muerte fue un invento o qué?

- Y yo que tengo que ver en eso, estás mezclando papas con camotes. Yo no sé que pasó en ese caso.

-¿Las dos no eran agentes del servicio de inteligencia del Ejército?

- Sí, pues, pero qué tiene que ver eso conmigo, qué me metes con lo de la Barreto.(Anderson más calmado, encendió su tercer cigarrillo, y nosotros dejamos de tratarlo de usted, para pasar directamente al tú).

-¿Pero tú que sabes de ese caso?

- A mí, cuando me vino a entrevistar el fiscal del caso, un tal Pajares...

-Luis Alberto Pajares...

- Ajá, él mismo, señaló que a Barreto le habían hecho cortes de bisturí y no de hacha o cosas así.

-¿El fiscal te contó que a Barreto la cortaron con bisturí?

- No precisamente así, pero habló de los cortes y, pues, que no se podía llegar a precisar lo de su muerte, ni a decir con certeza quién o quiénes habían sido.

-¿Conoces a Montesinos?

- Por los periódicos. Todos hemos visto que él sólo hablaba con ministros, empresarios.-

¿Y a Martín Rivas?

- A Rivas lo conozco de cadete, pero así nomás; después, ni en pelea de perros, no sé nada de su vida.

-Lo del chuponeo no ha quedado claro, aún hay aparatos, ¿no?

- A quién pertenecían los aparatos, a quién, dime pues.

-A Montesinos, ¿no?

- No, pues, tú todavía estás con la huevadita de Montesinos, el compadre ya está cagado, ya déjalo tranquilo. A la FAP, por qué no investigan allí.

-Allí se renovaron algunos mandos...

- Sí, pues, pero investiga...Fácil es acusar, crear estigmas por cuestiones políticas, pero no investigan a fondo. ¿Sabías que Leonor La Rosa tenía un punto cerebral y que no podía ser anestesiada?

-Sabes mucho sobre cuestiones médicas...

- Tengo hasta para escribir todo un libro.

-Y por qué no lo haces, a lo mejor ganarías algo.

- No, porqué me daría cólera y recordaría todas las mentiras que se dijeron y me daría más cólera y me enfurecería.

-¿Qué pasaría si te revisan, te allanan y te encuentran en tu escondite equipos de chuponeo?

- Que me revisen lo que chucha sea. No me van a encontrar nada, porque no tengo nada.

-Si eres inocente de todo, ¿por qué te han denunciado entonces?, ¿por qué hay una orden de captura en tu contra?
- Porque, ya te dije, hay cuestiones políticas. Inclusive ahora los jueces están presionados, casi los obligan a ser malos y encontrar como sea culpables. A Saúl Peña lo acusaron creo, de la pérdida de un vídeo. Bueno, hay formas. También porque crean estigmas. Yo voy a demostrar que soy inocente, tú investiga, profundiza el tema. No escribas huevadas. Si mañana escribes huevadas, me voy a enojar.

-Yo no juzgo, no quiero demostrar nada a nadie. Sólo muestro las cosas como son. En este caso, tu versión.(No sólo los minutos pasaban, también un patrullero de la Policía Nacional cruzó con normalidad la avenida del Ejército).-...

¿Tienes miedo, no?
No.

-¿Siempre fumas tanto?

- No siempre.

-Porque dicen que una persona fuma cuando está nerviosa...

- Una persona fuma cuando toma un café, cuando conversa o también cuando está nerviosa.

-Nosotros no estamos tomando un café...

- Pero estamos conversando...

-¿Vas a fugar?
- No. Si hubiera querido fugar lo hubiera hecho hace tiempo o no habría regresado. Podría irme al Japón, tengo doble nacionalidad, por mis padres, tengo koseki. Me voy al Japón y a ver quien me va a sacar del Japón. Pero no voy a fugar.
-¿Piensas vivir siempre a salto de mata?

- No, voy a esperar que hayan las condiciones para ponerme a disposición de las autoridades. Ahora sólo me cuido.
-¿Qué hacías por acá?

- Paseaba. ¿Y ustedes cómo han llegado hasta acá?

-Porque somos de LIBERACIÓN

- ¿Así?, los felicito entonces, deberían estar en el servicio del Ejército. Él (señalando al fotógrafo) al menos ya tiene el corte.

-¿Por qué no te han capturado hasta el momento?

- Porque soy James Bond.

- Las autoridades parece que no dan contigo.
- No sé.

-¿Y hasta cuándo vas a esperar para ponerte a disposición de las autoridades?
- Que pase todo esto, lo de Montesinos y todo. Supongo que será en agosto más o menos.





Fue detenido el año pasado en Houston pero fue liberado por la protección diplomática de Fujimori


En marzo del año pasado la sombra de la justicia penal internacional empezó a rondar el gobierno de Alberto Fujimori. El mayor EP (r ) Ricardo Anderson Kohatsu fue detenido en México, luego de arribar de Houston, Estados Unidos, donde también había sido arrestado.Ricardo Anderson Kohatsu, sobre el que pesan graves acusaciones por delito de tortura interpuestas por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, regresó el año pasado a Lima, liberado gracias al pasaporte diplomático que el gobierno de Fujimori le extendió.

En la ciudad norteamericana de Houston, Texas, Ricardo Anderson fue intervenido por personal del FBI, pero fue liberado después de reconocérsele una discutible inmunidad diplomática.

A su paso por el aeropuerto de la ciudad de México, en tránsito a Perú, volvió a ser detenido, esta vez por la policía mexicana, pero luego se le permitió proseguir viaje a Lima.

Anderson Kohatsu y el general retirado del ejército peruano Enrique Oliveros concurrieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como testigos del gobierno en las reclamaciones contra el estado peruano por espionaje telefónico.

La concurrencia de los dos testigos causó protestas entre los abogados de derechos humanos, quienes señalaron que Oliveros fue el jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) entre 1995 y 1997, cuando ocurrió el supuesto espionaje telefónico.

El FBI quería interrogar al militar peruano sobre la tortura contra Leonor La Rosa, agente del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) peruano.

En agosto de 1997, Anderson, junto con el mayor Percy Salcedo Sandoval, el coronel Carlos Sánchez y el teniente coronel Joel Salinas Suzunaga, fueron condenados en un tribunal militar a ocho años de prisión por su responsabilidad en las tortura de La Rosa.

No obstante, en noviembre de 1997 la Sala Revisora del Consejo Supremo de Justicia Militar absolvió a Anderson y Sánchez con el argumento de que no habían participado directamente en la tortura de La Rosa. Luisa Zanatta, ex agente de inteligencia actualmente asilada en Miami, declaró frente a agencias del gobierno de los EEUU y organizaciones no gubernamentales, los días 8 de marzo de 2000 y 9 de marzo de 2000, que Anderson Kohatsu le confesó haber torturado a La Rosa Bustamante.

La ex agente, a causa de las torturas, quedó con severas secuelas físicas. Los exámenes médicos dan cuenta de los graves signos de tortura que se encontraron con posterioridad a los interrogatorios y castigos que se le impusieran. Los exámenes médicos constan en la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, así como su testimonio.

LIBERACIÓN, luego de un paciente seguimiento –desde el actual refugio de Anderson hasta los lugares a donde se traslada-, logró ubicarlo en plena avenida del Ejército, muy cerca de la avenida Brasil. La policía, por su parte, parece que no sabe que Ricardo Anderson Kohatsu camina libremente por las calles de Magdalena.






Un Testimonio espeluznante


En diversas ocasiones Leonor La Rosa contó de qué manera fue torturada. Y en esas veces, siempre estuvo resonando, como el eco de ultratumba, el nombre de Anderson Kohatsu. Aquí un breve resumen de un testimonio increíble, espeluznante :“Anderson fue uno de los que me quemaron las manos, la espalda, los pies. De los que me golpearon en el estómago, la cabeza. También fue uno de los que me violó y me obligó a que yo firme un documento culpando al coronel Wilson Aguilar”. “Fue uno de los partícipes, como el que lideraba el grupo”.



Diario Liberación
Lima, miércoles 11 de julio de 2001

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