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La palabra América Latina viene cargada de muchos y diversos tintes. Sin embargo, el análisis de sus problemas, diversidad y expectativas fue tratado, en nuestra capital, con gran amplitud por los más lúcidos pensadores posmodernos de la actualidad en un seminario que atrajo a más gente de lo que Cándido Mendes, secretario general de la Academia de la Latinidad, hubiera imaginado.
Roberto Ramírez
Es una fiesta obscenamente intelectual, dice Cándido Mendes, sobre el XVI Congreso de la Academia de la Latinidad que reunió por tres días a los más destacados estudiosos del mundo actual. Alain Touraine estaba en la nómina de ponentes, sin embargo, una tragedia familiar hizo imposible su presencia en Lima.
A pesar de su ausencia física, Touraine, autor de libro ¿Podremos vivir juntos?: iguales y diferentes, fue citado y nombrado en reiteradas ocasiones por los demás expositores de este congreso internacional. Es decir, de alguna u otra forma, el sociólogo francés estuvo presente en el abarrotado auditorio del Centro Cultural Ccori Wasi de la Universidad Ricardo Palma.
La cola para entrar a dicho recinto, como si de concierto de Los Caribeños de Guadalupe (*) se tratara, puso en evidencia el interés de muchos peruanos sobre la discusión de los problemas de nuestra región.
La Academia de la latinidad -cuenta Mendes- fue creada en 1999, luego de una “provocación” del presidente Mohammed Khatami de Irán, que les preguntó si Occidente se atrevería a ir hasta dicha zona e iniciar un diálogo con el mundo islámico –eso sí- previo desarme de pre conceptos sobre el conflicto de las civilizaciones.
Lo que empezó con una serie de reflexiones y trabajos desarrollados tanto en Francia, como en Italia y Brasil, y cuyo objetivo inicial sólo era el intercambio abierto y relajado de reflexiones alrededor de la idea de la latinidad, terminó convirtiéndose en un documento de trabajo sugerido por Cándido Mendes (Latinidad & Prospectiva – hacia una Academia de la latinidad) que dio pie a la redacción de los estatutos de la Academia.
El emblema de la Academia aparece en un vistoso afiche y a algunos concurrentes se les abre el apetito. Se trata de una deliciosa fruta arbustiva, de la familia de las Punicáceas, conocida comúnmente por todos nosotros como la granada. Para el escritor Maurice Druon, “un bello símbolo, con mil granos al interior”.
Mendes refiere que la misión de la Academia de la Latinidad es la de constituir una autoridad moral independiente, reforzando la solidaridad de los países y de los pueblos de cultura latina, a fin de asegurar la justa presencia de los aportes pasados, presentes y futuros de la latinidad en todos los campos de la civilización.
“La gestión de los diálogos de las culturas implica la discusión a fondo de lo que es realmente América Latina, sus tensiones y sus problemas”, agrega.
Es en este contexto que Mendes insiste en la necesidad de comprender la lucha por los derechos humanos, el pluralismo, la subjetividad cultural e ineludiblemente la protección de las minorías.
“Democracia profunda: Reinvenciones nacionales y subjetividades emergentes” es el título de este congreso que reunió a una impresionante lista de invitados entre los que se encontraban Torcuato Di Tella, François L’Yvonnet, Bernard Bosredon, Enrique Rodríguez Larreta, Gianni Vattimo, Daniel Innerarity, Jean-Michel Blanquer, Sergio Pablo Rouanet, Nelson Vallejo-Gómez, Walter Mignolo, Xavier Albó, Susan Back-Morss, Javier Sanjinés, Carlos Forment, Helio Jaguaribe y la escritora, romancista, novelista y poetisa haitiana Evelyne Trouillot.
Los locales José Ignacio López Soria, Max Hernández, Hugo Neira y Mirko Lauer también estuvieron presentes en este auditorio ubicado en una de las últimas cuadras de la avenida Arequipa, en Miraflores.
Los temas tratados fueron planteados desde las disquisiciones de la definición de la democracia profunda, hasta discusiones de contenido, pasando por el cosmopolitismo, la globalización, la hegemonía y las discusiones de lo que representa los límites de la razón.
Los tópicos fueron tan variados como discutibles, suscitando por ello mismo las más diversas intervenciones de un público inquieto y heterogéneo que asistió sin pagar un solo céntimo, a esta grandiosa fiesta organizada con el apoyo de la Biblioteca Nacional y la Universidad Ricardo Palma.
Uno de los temas más complejos: el referido a la democracia profunda como problema epistemológico y planteado desde la concepción de aquel régimen político que a partir de la lejana Grecia hasta hoy, pasando por las revoluciones americana y francesa, aparece como el sueño de una humanidad gobernada por si misma.
El filósofo e historiador peruano José Ignacio López Soria aborda el tema de la interculturalidad y advierte durante su ponencia que sus reflexiones están en proceso y lo estarán siempre porque entiende que “la base del diálogo intercultural es precisamente el no-encerramiento en posiciones inamovibles”.
Dice que la diversidad ha logrado sobrevivir, a pesar de los esfuerzos de las culturas dominantes por construir unidades monolíticas y afirmar identidades, comportamientos, percepciones, creencias y sensibilidades uniformes.
Por eso, parafrasea el título del voluminoso y arriba mencionado libro de Touriane y se pregunta ¿podremos vivir dignamente juntos siendo diferentes?.
Lopez Soria dice que en la búsqueda de una respuesta afirmativa a dicha pregunta está la apuesta utópica de nuestro tiempo.
Cándido Mendes mira al público y cuenta que en algunas otras latitudes no hubo tanta gente como aquí en Lima. “El Perú es el ideal soviético de la audiencia académica”, sonríe.
¿Y con qué se come la democracia?, pregunta, micrófono en mano, una fogosa participante de este seminario. Si bien el problema de la democracia formal es planteado insistiendo sobre todo en los problemas de lo que es en sí misma la democracia y los modelos económicos y sociales, dicha interrogante, a esa hora de la tarde, suscita que todos los panelistas invitados uniformicen un solo pensamiento y decidan, previo receso, irse a almorzar. La cita, fue en el Haití.
Y es que la democracia no es simplemente un problema de extensión hacia arriba (democracia cosmopolita global) o hacia abajo (democracia profunda).
Rodríguez Larreta señala que la democracia es un valor más que una experiencia histórica.
Por su parte, Walter Mignolo, el “equilibrista cosmológico de la dialéctica” como cariñosamente lo llama Mendes, habla de la apropiación autoritaria de la idea de “democracia” en una ponencia titulada “hermenéutica de la democracia: el pensamiento de los límites y la diferencia colonial”.
Otro tema tratado en esta cita internacional, que contó además con el auspicio de la Embajada de Francia, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Derrama Magisterial, la Alianza Francesa, el Instituto Italiano di Cultura, el Centro Cultural de España, el Instituto Cultural Peruano Norteamericano y la Unión Latina, es el de la integración.
En ese contexto el historiador y rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Enrique Ayala comenta que la integración debe entenderse como un objetivo de las sociedades y no solo de las autoridades políticas.
“No son meros procedimientos administrativos o acuerdos de cúpulas. Son procesos que requieren de una base social que los sustente. Y por ello la educación es un elemento clave en el camino de los pueblos a su integración duradera.”
Por otro lado, el filósofo bilbaíno Daniel Innerarity (profesor de la Universidad de Zaragoza) dijo que el gran desafío del mundo actual consiste en cómo articular la convivencia en sociedades profundamente plurales evitando a la vez el modelo comunitarista y el modelo de la privatización de las identidades.
Nelson Vallejo-Gomez, Consejero cultural adjunto de la embajada de Francia en el Perú, y responsable intelectual de que este congreso se realizara en Lima, señala que esta fiesta no fue únicamente una reunión cerrada entre grandes pensadores en un exclusivo hotel, sino una cita de diferentes personas de diversos distritos que demostraron su legítimo interés en todos estos temas.
“Y seguimos con la sala llena”, grita emocionado Cándido Mendes el último día de disertaciones. El brasileño anuncia además que el libro Hacia la tercera mitad. Perú XVI-XX (Ensayos de relectura herética, de Hugo Neira será traducido al portugués por ser considerado uno de los veinte libros seminales y más importantes de la latinidad.
“(traducido) Al portugués este libro tiene el canibalismo vocálico necesario para ser devorado en la importancia y en la necesidad”, dice Mendes quien además anuncia que en Río de Janeiro se acaba de abrir una cátedra de estudios peruanos y que aquí, la Universidad Ricardo Palma hará lo mismo a fin de adentrarnos a la cultura brasileña.
La fiesta acaba. Walter Mignolo, crítico literario argentino y profesor de Literatura en Duke University, Estados Unidos, se va hasta la avenida Abancay a comprar libros. Los asistentes aplauden y a pesar de ser clausurado este congreso el público aún no se quiere ir. Cándido Mendes se confunde entre la gente. Se toma fotos y firma autógrafos como si fuera Ronaldinho o Chayanne. Sonríe con todo este público que entiende que todo lo que ha oído en tres días no ha sido más que una invitación a leer a diferentes autores y a preocuparse un poco más sobre estos apasionantes temas.
Como decía López Soria cuando hablaba de interculturalidad, “toda teoría está trascendida de historicidad, es sólo interpretación y, por tanto, no se enuncia como verdad consumada, sino como apertura de diálogo”.
Lentamente el público asistente avanza por la avenida Arequipa, unos, hacia una cálida y acogedora playa de estacionamiento y otros hacia sus respectivos paraderos en la fría acera.
Los participantes se alejan del Ccori wasi –trastocando la frase de Borges- más orgullosos de las ponencias que escucharon que de las que alguna vez pronunciaron. O como Camus pensando que sólo podrían fundar el partido de los que no están realmente seguros de tener la razón.
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(1) Orquesta de cumbia originaria de un pueblo de la costa norte del Perú denominado Guadalupe. Muy popular a decir de la prensa que señala que dicho grupo congrega a multitudes en cada una de sus presentaciones.